Julio: El mes más sangriento del estallido sociopolítico en Nicaragua…

Redacción Central:

Siete años después, el Movimiento Autónomo 18 de Abril continúa exigiendo justicia y reparación para las víctimas de la represión estatal.

Julio de 2018 marcó una de las etapas más violentas y dolorosas del levantamiento cívico iniciado en abril de ese año. Para las familias nicaragüenses organizadas en la resistencia social y el Movimiento Autónomo 18 de Abril, julio simboliza luto, resistencia y memoria. Fue en este mes que el régimen Ortega-Murillo ejecutó la denominada “Operación Limpieza”, una acción represiva y planificada con el objetivo de desarticular por la fuerza los focos de protesta ciudadana en varios departamentos del país.

Durante esta etapa, la represión escaló a niveles de exterminio, como lo han denunciado organismos nacionales e internacionales de derechos humanos. La población civil, que desde abril había levantado barricadas y tranques como expresión de desobediencia civil, fue atacada con armas de guerra por fuerzas policiales y grupos paramilitares fuertemente armados.

En la jornada más letal hasta ese momento, con más de 30 asesinatos en un solo día, según datos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Esta masacre contribuyó a transformar la protesta contra una reforma al sistema de pensiones en un clamor nacional por la salida de Ortega y la democratización del país.

Pero sería en julio cuando el régimen consolidaría su estrategia de terror. La “Operación Limpieza” comenzó el domingo 8 de julio al amanecer, cuando fuerzas combinadas de la Policía y civiles armados leales al régimen ingresaron de manera coordinada en municipios como Jinotepe, Diriamba, Masaya y varias zonas de Matagalpa.

Las consecuencias de estas operaciones fueron devastadoras: centenares de personas asesinadas, cientos más heridas, detenidas arbitrariamente o desplazadas de sus comunidades. Las denuncias por crímenes de lesa humanidad siguen sin respuesta por parte del Estado, que mantiene intacto el aparato represivo y niega su responsabilidad.

Desde el Movimiento Autónomo 18 de Abril, a siete años de estos crímenes, reiteramos nuestro compromiso con la memoria, la verdad y la justicia. Exigimos reparación integral para las víctimas y sus familias, el enjuiciamiento de los responsables materiales e intelectuales, y garantías de no repetición.

¡Hacer memoria es una forma de resistencia. La justicia no prescribe!

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