Brindamos el aplauso y reconocimiento a la juventud nicaragüense en este Día Internacional de la Juventud: 12 de agosto; por su lucha incansable contra las dictaduras en Nicaragua. La historia del país siempre ha demostrado que la juventud se ha levantado para derrocar regímenes opresores.

En 2018 no se quedaron con los brazos cruzados ante la injusticia cometida contra los ancianos que protestaban contra las brutales reformas del INSS: primero los apoyaron, y luego asumieron el liderazgo de las manifestaciones. Hoy honramos la vida de quienes fueron asesinados durante la represión de Ortega-Murillo, y brindamos reconocimiento a quienes, desde el exilio, siguen enfrentando al monstruo democrático que representan.

En este Día Mundial de la Juventud, queremos destacar que más del 40 % de la población nicaragüense es joven. Ellos son la esperanza, el remanente que despertará a aquellos que la dictadura mantiene adoctrinados y sesgados.

Aunque la dictadura saque pecho asegurando que cumple con el Objetivo 4 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible —garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa y promover oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida para todos—, todos sabemos que, en realidad, el plan murillista es adoctrinar a la juventud, someterla a la pobreza, negarle el pensamiento libre y amenazarla con destruirla si se rebela. Murillo sabe que la juventud es una gran amenaza por su fuerza y valor; por eso la ha cooptado, rodeándose de jóvenes a quienes hace falsas promesas mediante un sinnúmero de organizaciones juveniles creadas para mantener su control.

Hoy, más que nunca, reafirmamos que la juventud nicaragüense es resistencia, es memoria y es futuro.